30 noviembre 2015

No sin mi kleenex.

Hay muchas categorías de personas, yo soy de las que siempre necesita un pañuelo.

Congested by Abigail Thompson

No tiene por qué ser exactamente un kleenex, valen papel de cocina, servilletas, papel higiénico, seca-manos… Cualquier cosa con un poco de celulosa hace la labor.
Siempre llevo uno encima, aunque rara vez tendré un paquete a mano.
En todos mis abrigos, hay uno hecho un gurruño.
Los voy trasvasando de bolso en bolso hasta su desintegración total.
Van a la lavadora olvidados en un pantalón y vuelven al armario petrificados.
En cuanto me visto, me meto uno al bolsillo que me acompañará toda la jornada. Lo mismo cuando me pongo el pijama. Eternamente cargando con uno.
Voy dejando una estela de bolas de papel.


Soy esa clase de gente...


26 noviembre 2015

No tengo nada que comprarme.

Hay temporadas en las que todas las marcas parecen hacer alguna clase de pacto –contraviniendo las leyes antimonopolio y la lógica más básica- para que no haya nada apetecible en las tiendas.

Hangers by Kristin Mueller

Es como si las mentes pensantes de la moda hubieran hecho esta colección otoño-invierno a desgana. Se les nota desmotivados, aburridos, sin entusiasmo, “vamos a ver si terminamos esta temporada que tengo unas ganas de irme para casa y tirarme en el sofá…”. Y, claro, en ese plan, no hay quien encuentre nada en las tiendas.
Lo he intentado en todas partes (bueno, me refiero a H&M, Zara, Mango y tal) y, nada más entrar, ya me quiero ir. De un vistazo sé que poco tengo que hacer allí. Y cada vez me da más pereza intentarlo, llevo un par de meses buscando lo que sea sin resultados.

Tal vez hayan caído presa del síndrome no-tengo-nada-que-ponerme, que para un diseñador tiene que ser de lo peor. Y, como hacemos todas en estos casos, toca tirar por la calle de en medio y vestirse con cualquier cosa que encuentres por casa. Así que se habrán visto obligados a tirar de diseños del fondo del cajón, de ideas escondidas en una balda poco accesible o de bocetos colgados debajo de tres abrigos.
Y se nota que no sabían qué ponerse, mirar en las tiendas es como hacerlo en mi propio armario una mañana cualquiera, ¡qué pereza da todo! Demasiado corto, largo, prieto, grande, gordo, corto pero, sobre todo, ¿eso no lo tengo ya desde hace tres años?


Para comprar con desgana, me quedo con lo que tengo. Sólo espero que el asunto remonte y alguno de los camiones semanales traiga ideas más apetecibles o nos veo con una nueva hornada de chamarras vaqueras entalladas.


23 noviembre 2015

Un cómic para papá.

Soy muy fan de Guy Delisle, cualquiera de sus libros me parece un regalo fantástico -mucho más si no has tenido el placer de conocerlo todavía- pero con “Guía del mal padre” te lo pone en bandeja estas Navidades.


Una serie que es un muestrario de toda clase de meteduras de pata paternas. Es imposible no echarse unas risas y no sentirse retratado, porque todos tenemos nuestro propio anecdotario como malos padres.








19 noviembre 2015

La gran inversión.

La sección de estilo de El Confidencial nos propone los must que toda fashion ha de tener antes de cumplir los 30.


Me he quedado realmente fascinada con su propuesta de “inversión”.
¡Qué grandes gestores de patrimonios! Saben perfectamente cuáles son los mejores productos para maximizar nuestra rentabilidad.
Siguiendo sus sabios consejos, deberíamos colocar nuestros ahorros en gabardinas del Estado, bolsos a plazo fijo, bailarinas del Tesoro o vaqueros con ventanas de liquidez trimestrales. Eso sí, siempre siguiendo la directiva MiFID…

He echado en falta que se aborde el asunto de la financiación, tal vez lo dejen para artículos posteriores como “Las ventajas de comprar a crédito una gabardina” o “Las joyas, nuestro plan de pensiones”.


A estas alturas de la vida –rondando la treintena-, tenemos que invertir en nuestro fondo de armario. Qué mejor forma que dejándose casi 4.500€ en unos pocos artículos:
  1. Vaqueros a partir de los 200€ y hasta más allá de los 400€. Porque que te hagan buen culo, no tiene precio.
  2. Anillo por 319€. Creo que nuestra cartera de inversión se ha quedado corta en joyas. Si sólo destinamos el 6% de nuestro capital, ¿dónde van a invertir el resto?
  3. Camisa por unos moderados 69€. No veo yo aquí mucha tendencia ni mucho de nada.
  4. Es difícil dar con el trench de la foto (a mi ojo inexperto en gabardinas) pero voy a apostar a que estamos ante el modelo The Westminster en su versión larga. 1.695€, ahí queda eso.
  5. Bailarinas a 500€, una pena que sean feas.
  6. Bolso por 1.460€. Recomiendan comenzar por los modelos más baratos e ir aspirando al siguiente, de mayor tamaño y precio. Es como ir pasando las pantallas de un videojuego pero en vez de vidas, te dan puntos bolso.


¿Cobrarán intereses de demora fashion? Llevo casi 6 años de retraso y no tiene pinta de que vaya a dejarme los cuartos en estos artículos tan necesarios y básicos. ¡Una pena!

16 noviembre 2015

Collares de porcelana.

Las Navidades están a la vuelta de la esquina y, entre las miles de cosas pereza que hay hacer, también está nuestra carta a los Reyes Magos.


Las joyas de porcelana de Andrés Gallardo me parecen preciosas, eso sí, será para las que nos hayamos portado súper bien porque no son precisamente baratos.

Yo me voy a pedir alguno de sus collares, que me tienen cautivada, aunque tampoco le haría ningún desprecio a sus anillos y pulseras –los bolsos ya son otra liga presupuestaria-.








¿Qué? ¿Os animáis a poner la porcelana en vuestra wish list?
Yo estoy deseando colgármela al cuello.


12 noviembre 2015

Horario europeo.

En mi casa tenemos horario europeo. No es una cuestión de educación, productividad, ahorro energético o cualquier otra buena intención nórdica, simplemente, a las 8:30 estoy deseando cerrar el chiringuito, con el niño en la cama y la casa en silencio, y dedicarme a lo que quiera.



¿Y cómo conseguir acostar a la criatura a esa hora?
Supongo que hay que empezar desde muy pequeños, convencidos de que es un horario estupendo. Lo más habitual es que dormir –a cualquier hora- no sea una tarea demasiado fácil. Entonces, el Doctor Estivill hace su aparición y en tres días está todo medianamente encarrilado.
Duérmete niño tiene sus detractores pero hay un momento en el que el asunto se vuelve ridículo; tan absurdo que no puedes disimular y ves el circo que estás montando.
La clarividencia me llegó un día que, tras columpiar durante una hora en la hamaca, con el salón a oscuras, una tortuga proyectando estrellas de colores en el techo mientras canturreaba -creo que sólo me faltó hacer malabares en un monociclo-, el tío seguía despierto, con los ojos como platos. Entonces lo supe, había que hacer algo o acostarlo iba a ser un infierno diario.
Y, aunque hubo que aguantar algún que otro llanto, lo conseguimos. ¡Y sigo viviendo de esas rentas!

Desde entonces, seguimos con el mismo horario: acostarse temprano y levantarse ídem. Y como la segunda parte de la ecuación permanece constante -lo tengo comprobadísimo-, por lo menos cerramos la persiana -literal y figuradamente- antes de las 21:00.
Claro que los fines de semana tenemos que seguir una rutina parecida, no vale acostarlo más tarde porque madrugará igualmente pero estará cansado y el día será muy largo y tedioso.
Hay que elegir y prefiero esta espiral a la de tarde-tarde, sólo imaginar que a las 9 de la noche me quedan todavía dos horas de niño potreando, me entran sudores fríos.
Es que a las 11 de la noche un niño está tan pasado de rosca que lo mismo te corre una maratón, con esa energía speedica tan característica, pero yo sí estoy cansada de ser mamá.


Criar es pura supervivencia, hacemos lo que podemos, pero creo que rascar un par de horas a la noche es calidad de vida para los padres.

09 noviembre 2015

El tema estrella: la muerte.

¡Ya ha llegado! ¡La tenemos aquí! Estamos en esa preciosa época de la infancia en la que muerte hace su aparición cada 5 minutos.



El niño ya ha pillado que lo de morirse es un asunto muy turbio. Se está coscando de que es algo irreversible. Intuye que parece irremediable. Y, encima, eso del cielo no termina de convencerlo, si uno no puede volver de allí cuando quiera…


Así que ahora mi vida se divide en momentos en los que hablamos de la muerte y momentos en los que recupero el aliento tras exprimirme la sesera buscando una respuesta tranquilizadora a tan terribles cuestiones.
- Mamá, no quiero que te mueras.
- ¿Por qué la gente se muere?
- No me quiero morir.
- ¿Los abuelos se van a morir?
- No me gusta el cielo.
- ¿Te vas a morir?
- ¡Mira mamá, estoy muerto!
- No quiero que te hagas vieja porque te morirás.
- ¿Si te vas al cielo puedes volver?
- Si se muere toda la gente, ¿el mundo se quedará vacío?
- ¿Cómo vas hasta el cielo si estás muerto?
- Los abuelos son viejos y se van morir.



Demasiada duda existencial, metafísica y religiosa para un niño de cinco años. Y demasiadas preguntas para las que su madre no encuentra respuesta ni consuelo; he llegado a sugerirle el budismo porque “los budistas sí pueden volver del cielo así que tú serás budista si quieres.
Si esto no es una mamá desesperada, que venga Dios y lo vea.


Nota: Las ilustraciones son de hermAna, que es una artista. ¡Gracias!


05 noviembre 2015

La culpa es de Telecinco.

Por sus programas basura.
Por sus valores de mierda.
Por sus colaboradores.
Por Gran Hermano.
Por su apología de la incultura.
Por barriobajeros.
Por la silicona, las extensiones y las pestañas postizas.
Por Belén Esteban.
Por morbosos.
Por ensalzar lo vulgar.
Por todos los chonis.
Porque lo importante es estar bueno.
Por zafios.
Por la fama barata.
Por los gritos y los insultos.
Por la chusma.
Por Mujeres y Hombres y Viceversa.
Por maleducados.
Por hacer negocio con las miserias.
Porque yo soy súper sincera, tía.
Por Sálvame.
Por los bolos en las discotecas.
Por cutres.
Por no tener límites.


Una cadena dedicada a ensalzar la vulgaridad en todas sus vertientes, nos perjudica a todos, la veamos o no.
Una juventud que tiene como meta ser tronista, nos empobrece.
Cuando se jalea la incultura, todos perdemos.
Si miles de personas endiosan a Belén Esteban, apaga y vámonos.

Apago.

02 noviembre 2015

Decoración de habitaciones para niños.

Los niños se van haciendo mayores y sus habitaciones de bebé se les están quedando pequeñas. ¿Cómo pasamos del azul clarito sin obligarles a crecer antes de tiempo?


Para la decoración de dormitorios, me decanto por el gris, el blanco, el beige, el rojo, la madera y el azul. Creo que son una buena manera de poner las habitaciones para niños, modo chico mayor, y dejar atrás el bebé. Es difícil pero, si conseguimos quitar las polainas, también lograremos dejar atrás los colores pastel.



Algunas ideas de decoración de interiores para dejar como nuevo su cuarto:

  • Mezclar alfombras en tonos neutros con estampados diferentes y dar textura y color con fundas nórdicas y cojines.
  • Las letras, los animales –nada de ositos, por favor- o los coches son la clave para dejar un toque infantil en su espacio. Se pueden pegar en las paredes, colgar, en los cojines, en una balda, un marco de fotos…
  • Muy recomendables los colgadores a su altura, nos recuerdan que siguen siendo pequeños y les dan autonomía. Además, les encanta que las cosas estén a su medida.
  • Imprescindibles cajas de todas las formas, colores y materiales para meter y recoger rápidamente todo el desbarajuste de coches, balones, lápices y papeles, construcciones, cuentos.
  • Por último, marcos, vitrinas –bien lejos de su alcance y con unas figuritas dentro, por ejemplo- y algún detalle para rellenar las baldas y estanterías.



¡Et voilà! Con unos pequeños cambios en la decoración, hemos conseguido unas habitaciones para niños chulísimas.
¡Sus nuevos cuartos están listos!



Mis propuestas son de H&M Home, por poner un límite a la decoración de interiores, las posibilidades a buen precio son infinitas...

HABITACIÓN 1
Caja de metal. 7,99€ 
Pizarra. 14,99 €
Estante.19,99€

HABITACIÓN 2
Estante casa. 19,99€
Caja de madera. 19,99€
Vitrina pequeña. 19,99€
Caja de vidrio.19,99€
Pizarra coche. 14,99€