13 julio 2015

La sorpresa de Jeff Koons.

Domingo gris.
En pie desde las 7:00.
Mañana demasiado larga a las 10:30.
Arranque cultural con mi retoño.


Ahí que nos fuimos los dos al Guggenheim a ver la exposición de Jeff Koons, no podía imaginar nada más fácil para mi niño. Figuras gigantescas, multicolores y con forma de globo. Dibujos animados, súper héroes, conejitos, gatitos, perritos. La ocasión para ir al museo estaba en bandeja.


Y allí estábamos los dos, paseando entre fucsias, rojos, amarillos y turquesas. Adivinando de qué animal sería la silueta rosa antes de leer el título, “Hippo”. Viendo un tren con muchísimos vagones, a Popeye y a Hulk, aspiradores, teléfonos, pelotas de baloncesto en acuarios, más aspiradoras, flores hinchables, un gato adorable en un calcetín, un policía abrazando a un oso, un teléfono viejo… Lo que viene siendo una retrospectiva de Koons, con todas las cuestiones trascendentales sobre el mundo del arte que conlleva un repaso a la obra de este señor.

 

Yo me sentía una estupenda madre cultureta y mi niño estaba encantando viendo cosas de feria en un museo.

Y, de repente, entramos en una sala diferente. En el centro, y dominando toda la estancia, había expuesta una escultura a tamaño real y en un pedestal -para crear un mayor impacto visual- del artista beneficiándose a su mujer (tamaño exacto: 139,7 x 180,3 x 276,9 cm). Creo que escultura no es suficiente para reflejar lo que allí puede verse; es un auténtico viaje a su cama. Es como si hubiese llevado a una criatura de cinco tiernos años a ver una peli porno. No hay elemento que no esté recogido en la escena y, además, puede contemplarse desde todos los ángulos, cada uno de ellos con un detalle que lo hace especialmente inapropiado para un menor.

Dirty -Jeff On Top

La única ventaja con la que contaba es que el menor en cuestión es tan pequeño que no se coscó de lo que acontecía ante su inocente mirada: un pedazo de polvo con todos los órganos bien presentes. Pero verlo, lo vio perfectamente:
“- ¿Quiénes son mamá? ¿Cómo se llaman?
- Se llaman Jeff Koons y Cicciolina.
- ¡¿Cicciolina?! ¡Qué nombre más raro!”
Y con eso dejó zanjado el tema de cuestiones a plantear (no tengo palabras para tanto agradecimiento).

Le cogí de la mano y nos fuimos de allí, no sin antes percibir la artística bolsa escrotal del Señor Koons, bien visible camino de la puerta de salida.




4 comentarios:

  1. Cuando me enteré de vuestra visita al Guggen estaba deseando saber que pasaría cuando llegarais a la gran sala , me dije vaya susto que se va a meter Lola jaja... lo resolviste estupendamente la verdad es que hay que contar tambien con la ingenuidad de tu niño lo ve su primo y todavia esta dentro del museo preguntando y eso que es?.
    Y la de Basquiat la visteis?
    La Anciana

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    1. ¡Menuda sorpresa!
      Y más que suficiente con Koons, a Basquiat fui yo sola mientras él se quedaba coloreando perros globo en el Corner del arte. Lo dejaremos para otro domingo gris.

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  2. Qué pena que la foto no sea panorámica y no se pueda girar 360 grados. Cachis!
    A ver cuando Google hace un Street View pero de museos.



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    1. Siempre puedes ir al Guggenheim a ver con tus propios ojos los 360º de Dirty - Jeff On Top.
      Y ya que estás, echa un vistazo a cualquiera de sus trabajos de Made in Heaven, no te defraudarán.

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