30 julio 2015

¡Felices vacaciones!

Para los que están.
Para los que empiezan el 1 de agosto.
Para los que nos queda una semana más.
Para los que ya las han agotado.
Para los que se las guardan para septiembre.
Para los que disfrutarán del descanso.
Para los que terminarán reventados.
Para los que las pasen en familia.
Para los que prefieran con amigos.
Para los que se vayan de aventura.
Para los que vuelvan al pueblo.
Para los de playa.
Para los de montaña.
Y para todos los que desearemos que empiece el colegio...


¡Felices vacaciones!

Nos vemos en septiembre.

27 julio 2015

Instagram o jugando a ser modelo.

Estoy fascinada con las cuentas de Instagram dedicadas a alimentar el ego. Nada de hacer fotos chulas o subir preciosos paisajes, no, se trata de compartir lo mucho que te gustas y lo bien que posas en cualquier situación: en la playa, en un barco, en el campo, de picnic, con un trikini.

Cada instantánea destila que no eres modelo porque no quieres, se ve claramente que habrías podido, de haber estado en la heladería correcta en el momento justo en el que el cazatalentos de Elite pasaba por allí con ganas de tomarse un refrigerio y poder fijarse en ti y tus infinitas posibilidades en el mundo de la moda. Pero eso no pasó, no tuviste esa clase de suerte aunque de pequeña te llamasen larguirucha y tus compañeras de clase se rieran de ti porque eras un patito feo, demasiado alta y delgada.

Sin embargo, luces estupenda a tus treinta y tantos así que has decidido mostrarle al mundo lo bien que se te da el modelaje y aquí estás, subiendo fotos a Instagram, posando como si fueras el mes de mayo de algún calendario –no tengo claro si Pirelli, Playboy o un almanaque de frenos de disco-.

Me he quedado prendada de las poses, los looks, los ángulos, la luz… Todo resulta tan poco natural que un escalofrío de vergüenza ajena recorre mi espalda. Y el caso es que no salen mal –faltaría más- pero esa cabeza colgando hacia atrás en un ángulo casi incompatible con la vida es tan poco casual como que te pillen despistada y te fotografíen justo cuando abrazabas una sombrilla en la playa con una pamela.


Sólo tienes que superar la vergüenza, el ridículo, la risa floja y las miradas de sorpresa, asombro y desconcierto de los viandantes.
Ahora sólo estáis la cámara y tú.
Déjate llevar.
Posa.
Crea.
Comparte.

23 julio 2015

Personas y problemas.

Hay gente que tiene problemas.
Otros, los buscan.

Hay personas con muchos.
Y las que nunca parecen tener ninguno.

Algunas tienen uno enorme, descomunal, aterrador.
Otras tienen muchos pero apenas pesan.

Están los creen que tienen.
Los que parece que siempre tienen uno.
Y los que hacen de todo un problema.

Hay personas que atraen los problemas como un imán.
Otras huyen ante cualquier indicio.
Y algunas siempre terminan metiéndose en uno.

Tenemos a los que no pueden deshacerse de ellos.
Y a los que encadenan uno detrás de otro.

Existen personas que, directamente, son problemáticas.
Y las que sólo te traen problemas.

Existe gente que sólo piensan en ellos.
Otros pasan de problemas.

Hay gente que los cuenta.
Gente que los calla.
Gente que los esconde.

Algunos sólo quieren hablar de sus problemas.
Otros prefieren escuchar.
Y unos pocos no quieren ninguna de las dos cosas.

Hay personas que se enfrentan a ellos.
Y personas que prefieren ignorarlos.

Algunos buscan soluciones.
Muchos esperan a que se resuelvan solos.
Y otros sólo esperan encontrar el momento para poder enfrentarse a ellos.





20 julio 2015

Quiero un trikini.

Por su sencillez.
Por su elegancia.
Por su sofisticación.
Por su comodidad.
Por su versatilidad.
Por su discreción.
Porque se adapta a cualquier cuerpo.
Porque lucirás estupenda en la playa y en la piscina.
Por las marcas de moreno.
Porque son lo más cool.
Porque serás la envidia de todas las bañistas.
Porque quedan genial con una pamela.
Porque son los únicos que aguantan unos taconazos en la playa.
Porque aunque el tiempo pase, el trikini permanece.



¡Ni de coña!

16 julio 2015

Campamentos de verano o niños KO.

Con papá y mamá trabajando en julio, hay que tirar de planes con horario escolar para poder llegar a todo. Estas vacaciones son de mentira, lo sé, el niño sigue madrugando y nada de jugar un rato por la mañana, hay que meter el turbo y salir de casa pitando para que pueda disfrutar de sus falso veraneo.



Pero no nos queda otra… Así que si quieres asegurarte de que tu hijo no se aburre, la solución es un campamento, colonia o actividad a jornada completa. No puedo garantizarte que vaya a divertirse, lo que sé es que llegará a casa reventado, manso como un corderito. Bueno, puede que tan cansado que hasta se ponga un poco insoportable, pero podrás acostarlo súper temprano porque caerá rendido, el pobre.


No sé si mi niño disfrutará algún día de las vacaciones de antes, en las que te asilvestrabas completamente de puro veranear, mientras tanto, jugaremos a que esto mola mucho y es súper diferente a ir al colegio.
En agosto compensaremos a los niños y, sobre todo, limpiaremos nuestras sucias conciencias de madres trabajadoras (también aplicable para padres).


13 julio 2015

La sorpresa de Jeff Koons.

Domingo gris.
En pie desde las 7:00.
Mañana demasiado larga a las 10:30.
Arranque cultural con mi retoño.


Ahí que nos fuimos los dos al Guggenheim a ver la exposición de Jeff Koons, no podía imaginar nada más fácil para mi niño. Figuras gigantescas, multicolores y con forma de globo. Dibujos animados, súper héroes, conejitos, gatitos, perritos. La ocasión para ir al museo estaba en bandeja.


Y allí estábamos los dos, paseando entre fucsias, rojos, amarillos y turquesas. Adivinando de qué animal sería la silueta rosa antes de leer el título, “Hippo”. Viendo un tren con muchísimos vagones, a Popeye y a Hulk, aspiradores, teléfonos, pelotas de baloncesto en acuarios, más aspiradoras, flores hinchables, un gato adorable en un calcetín, un policía abrazando a un oso, un teléfono viejo… Lo que viene siendo una retrospectiva de Koons, con todas las cuestiones trascendentales sobre el mundo del arte que conlleva un repaso a la obra de este señor.

 

Yo me sentía una estupenda madre cultureta y mi niño estaba encantando viendo cosas de feria en un museo.

Y, de repente, entramos en una sala diferente. En el centro, y dominando toda la estancia, había expuesta una escultura a tamaño real y en un pedestal -para crear un mayor impacto visual- del artista beneficiándose a su mujer (tamaño exacto: 139,7 x 180,3 x 276,9 cm). Creo que escultura no es suficiente para reflejar lo que allí puede verse; es un auténtico viaje a su cama. Es como si hubiese llevado a una criatura de cinco tiernos años a ver una peli porno. No hay elemento que no esté recogido en la escena y, además, puede contemplarse desde todos los ángulos, cada uno de ellos con un detalle que lo hace especialmente inapropiado para un menor.

Dirty -Jeff On Top

La única ventaja con la que contaba es que el menor en cuestión es tan pequeño que no se coscó de lo que acontecía ante su inocente mirada: un pedazo de polvo con todos los órganos bien presentes. Pero verlo, lo vio perfectamente:
“- ¿Quiénes son mamá? ¿Cómo se llaman?
- Se llaman Jeff Koons y Cicciolina.
- ¡¿Cicciolina?! ¡Qué nombre más raro!”
Y con eso dejó zanjado el tema de cuestiones a plantear (no tengo palabras para tanto agradecimiento).

Le cogí de la mano y nos fuimos de allí, no sin antes percibir la artística bolsa escrotal del Señor Koons, bien visible camino de la puerta de salida.




09 julio 2015

Ecosistema de estación.

Trabajo junto a la estación de tren, ya me he acostumbrado al ambiente que las rodea. Lo más granado se ve atraído inexorablemente hasta este punto exacto de la ciudad.


  • Tenemos al viejo borracho solitario, con la única compañía de su brick de vino y un montón de bolsas de plástico.
  • Nos encontramos al yonqui, yendo a por el chute, siguiendo una ruta mil veces repetida. Puede que también los vea de vuelta.
  • La pandilla de súper malotes adolescente haciendo pira del insti para fumarse unos porros.
  • Las gitanas cargadas de romero y soltando cumplidos que se convierten en mal de ojo.
  • El loco que grita.
  • Grupos de descarriados en general, dos o tres, acompañándose mientras siguen tocando fondo.
  • Algún indigente acicalándose en la fuente.
  • Perroflautas en todas sus vertientes, incluso sin perro.
  • Gente normal pero bebiendo latas de cerveza un día laborable a mediodía en la entrada trasera de una estación de tren.

Las estaciones de tren son decadentes, tristes, grises.

06 julio 2015

Con amigos y sin niños.

Una boda como excusa.
Niños bien encajados con abuelos y tíos.
Un fin de semana para estar con los colegas.
Muchas ganas de disfrutar.
Desconectar de las obligaciones cotidianas.
Exprimir al máximo este paréntesis de libertad.



Beber sólo cerveza.
Las risas sonando siempre de fondo.
Recordar miles de anécdotas de juventud, cuando lo normal era estar justo como en estos momentos.
Saborearlo mucho, ahora que es excepcional.
Aparcar los horarios y las prisas y hacer lo que te pida el cuerpo.
Tomarse unos copazos.
Ir la playa sin cubos, palas, manguitos ni sombrilla.
Tumbarse en una toalla sin arena y sin otear el horizonte como vigilantes de la playa.
Echar una cabezada despreocupados.
Ver a los que están fuera y ya sólo te encuentras en las bodas.
Tajarse un poco, o mucho.
Lidiar con la olvidada sensación de una resaca en condiciones.
Levantarnos afónicos y catatónicos.
Reemprender la vuelta a casa.
Cruzar los dedos para que el lunes podamos volver a la rutina sin demasiadas heridas de guerra.


Sumar a nuestro anecdotario este fin de semana, del que tiraremos la próxima vez que consigamos escaparnos todos.


02 julio 2015