01 diciembre 2014

Otro año de ausencia.

Para las Anas de su vida.


Ana, su hija. Su apoyo, su energía, su fuerza, su valor. Todos sus motivos fueron Ana.

Ana, su madre. Demasiadas despedidas para una vida, ella fue su último adiós.

Ana, su hermana. Un reencuentro tardío las unió para siempre y pudieron quererse como nunca supieron. Ana, su hermana, que era la mediana.

Ana, su primera sobrina, su preferida, la madrina de su hija Ana.


Para ellas y para todos los que te quisimos, hoy es un día triste.


3 comentarios:

  1. Sí que lo es. Y un poco todos, porque todos los días se me aparece un rato algún recuerdo suyo, una voz o una risa...
    Cuántos muertos en la memoria... Cuánta gente buena por el camino...

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  2. El tiempo dicen hacen mas llevaderas las penas,cuanto tiempo tendra que pasar para que a mi se me haga mas llevadera esta tristeza que me invade como si fuera una tormenta ?.Ana su hermana la mediana

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  3. Cuando ‘sólo’ por lo que transmiten las palabras de quienes la quisieron, una persona se hace querible y uno piensa que le hubiera gustado tener ocasión de conocerla, es que esa persona además de muy querida, fue realmente un ser especial. Me ha emocionado.

    Besazo para la única de sus Anas a la que tengo el gusto (por cierto asombrosamente reconocible en su gesto) y cariño para todos lo que la disfrutaron y, como el gesto, llevan un mucho de ella consigo.

    S.

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