20 noviembre 2014

Carpe diem.

Una de las grandes enseñanzas que dejan los procesos difíciles, los duros de verdad, es aprovechar el momento. Suena a filosofía trillada, a coaching barato, a consejo facilón de crecimiento personal. Sin embargo, es cierto. Aunque, lamentablemente, sólo podrás sentirlo después de la gran hostia. Se aprende por el camino duro…



En medio de la tormenta, echas la vista atrás, justo antes del día D a la hora H, y te das cuenta de lo sencillo que resultaba todo entonces. Y ves lo ignorante que eras, no supiste concederle el valor que tenía. ¿Cómo pudiste dejar escapar ese día como si fuese uno más? Te arrepientes.

Esa mirada al pasado, con las vivencias presentes como referencia, lo cambia todo. Tu perspectiva se amplía y se iluminan rincones ocultos, vacíos. Ves donde antes no había y aprendes a disfrutar de los momentos en los que no sucede nada, de la vida pasando sin sobresaltos, disgustos, dolor, pena.


Te han enseñado el lado oscuro y tú te aferras a la luz, al clavo ardiendo. Ahora eres hiperconsciente de lo bueno, sabes su precio y su fragilidad. Temes que pase desapercibido de nuevo.


7 comentarios:

  1. No te preocupes mi amor tu vivirás siempre con la luz encendida, ya has conocido la oscuridad y sabes como darle al interruptor esté donde esté y si no lo encuentras tienes tanta gente que te quiere que te ayudaremos a encontrarlo y disfrutaremos de esas cosas pequeñas que nos hacen felices.La anciana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero poder encontrar el interruptor siempre. No habría servido de nada toda la caminata que nos hemos pegado...

      Eliminar
  2. Lo malo es cuando aplicas el consejo de la foto a los malos ratos, porque ya sabes, también, que todo puede ser peor. Siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Forma parte de todo lo que hemos aprendido también. Nunca sabes si ha terminado o todavía te quedan un par de golpes más por recibir, o tres.

      Eliminar
  3. Si en algún recoveco del cerebelo reside la duda de que exista el destino y nos traiga señales... sopecho que a mi se me está activando...Hoy me cruzo tus palabras, hace unos dias esta miniperla que adjunto brillando inesperadamente en un sosofilm americano de siesta de sabado noche:
    "Cuando te das cuenta de lo rápido que puede desmoronarse todo, no quieres volver a renunciar a nada bueno, Jamás". Pues eso. Me hiciste volver a pensar. Y a aprovechar. Gracie!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo mantendría la calma, no suelen darte pistas sobre la horda de putadas que te espera.

      Efectivamente, estás recibiendo muchas señales. Podrías empezar a ver el vaso algo más lleno para que el destino vea que has aprendido la lección, se quede contento y deje de fijarse en ti. Por prevenir, digo.

      Eliminar
  4. Cuanta razón Lola.

    Hay veces que ha pasado tanto tiempo desde mi día D y mi hora H, que cuando me crispo por simples cosas cotidianas, tengo un momento de reflexión y me pongo a buscar ese interruptor del que hablas. Cuando lo encuentro, le doy a vuelta a mi estado y me siento afortunada por absolutamente todo lo que me rodea!! Seré una ilusa?
    No importa! Ilusa pero afortunada!

    Enhorabuena por tu blog!!

    ResponderEliminar