29 septiembre 2014

Marketing para hijos.

Educar es un bombardear constantemente a tu criatura con cuñas de buen comportamiento. El número y complejidad de tus mensajes publicitarios irá creciendo con tu vástago.


El primer año, el tema central de tu campaña será el “¡No!”. Sencillo, directo, impactante pero una gran imagen de marca. Tu producto es muy simple, no necesitas un estudio de mercado de madres de parque para saber que tu fuerza reside en tu firmeza. Con un buen “¡No!” conseguirás transmitirlo. Cierto es que tanto la utilización como el volumen del mensaje serán variables, todos los pequeños reptantes no sienten la misma atracción por el peligro.

Con el transcurrir del tiempo, tu público objetivo se vuelve cada vez más complejo. Su capacidad maleante se va desarrollando y puede tomar tal variedad de formas que tal vez necesites segmentar el mercado. Un único mensaje no puede dar respuesta a todas sus necesidades. Tendrás que ir analizando su comportamiento y adaptando tu producto a sus deseos, el coste, la utilidad… Y todo sin renunciar a tu imagen de marca. Es el momento ideal para el marketing estacional, con campañas más específicas como pueden ser el mes del "¡A la boca no!", la temporada del "¡No se pega!” y el “¡No se muerde!" o los días especiales del "¡No se toca!".

Tu pequeño consumidor se va volviendo cada vez más exigente. Sus mentes evolucionan a la velocidad del rayo, tienes que adaptarte a sus necesidades de forma inmediata. Cambia tu modelo productivo, el just in time es la única opción para mantenerlo firme en tu marca. Recurre a los estudios de madres de parque, es importante comparar, investigar, contrastar y analizar para conseguir un producto final de calidad.
Ahora que estás ampliando la gama, "Se pide por favor y sin llorar", "Hay que pedir perdón.", "No hay que enfadarse por perder.", "Lávate las manos después de hacer pis.", "Tienes que aprender a hacerlo tú solo como un mayor.", no olvides el espíritu de la marca.

Existen multitud de técnicas de marketing, habrá que ver cuáles son las que mejor se adaptan a nosotros. Yo voy a tirar una lanza a favor del product placement. Aunque algo denostado por su excesivo uso en los 90, los resultados pueden ser excelentes si no abusamos. Porque resulta fundamental no dejar pasar una ocasión para que nuestra marca cale en el mercado, aunque sea de forma indirecta. Aprovechemos pues los momentos lúdicos para posicionarnos: la cena es perfecta para enseñar modales, un cuento para reforzar valores, una conversación para mejorar la pronunciación… Las posibilidades son infinitas y el presupuesto en energía paternal permanece ajustado.


La paternidad requiere una buena y planificada estrategia dejando espacio para la improvisación. Si no damos con nuestros slogan, siempre podemos ver qué se cuece en las grandes y adaptarlo a nuestro producto. Porque ser padre requiere firmeza y estabilidad pero la potencia sin control no sirve de nada así que think different, design your own life y un mundo más cómodo. Recuerda que impossible is nothing, que yes, we can. Just do it y keep walking. Porque yo lo valgo.



25 septiembre 2014

Un año sin pensar en ti.

Pronto hará un año que me esfuerzo por no recordarte. Faltan unos días, pero puedo notarlo en mi espalda; erizándome el vello de la nuca, haciéndose un nudo en la garganta. Será porque octubre lleva tu nombre.



Trato de no dibujar tu cara, ni pensar en cómo sonaba tu voz. Me obligo a olvidarte en esos momentos en lo que te cruzas por mi memoria, en los que casi puedo tocarte y hueles a jazmín y dama de noche. Me tapo los oídos para alejar el sonido de tu risa. Pero mi gesto lo hace retumbar, atrapado en mi cabeza, y amplifica tu sonrisa. Y quema.

Hace casi un año que intento no pensar en todas las cosas que no puedo decirte, convenciéndome, en sueños, de que las hemos compartido. Y así, mientras duermo, has visto lo que ha crecido mi niño, lo contentas que estamos, las familias tan bonitas que tenemos. Nos hemos podido contar cómo nos trata la vida, que la muy cabrona quita mucho pero da también; ¡qué cosas tiene! Entonces, despierto.

Hace un año que no le hablo de ti a Tomás. No quiero que me pregunte cuándo volveremos al jardín donde las gallinas vuelan hasta las copas de los árboles, las tortugas descansan al sol y los patos mandarines bucean en su estanque. No puedo explicarnos que ya no habrá más.

Vivo obviando tu ausencia. Saber que no volverás me da tanto miedo que, directamente, no pienso. Sin embargo, tu anillo sigue en mi dedo, anclándome a una realidad de la que no quiero acordarme. Te tengo en mi mano porque ya no te tengo. Y te veo en cada uno de mis gestos, pero hace un año que trato de no pensar en ti.


Hago tantos esfuerzos que casi me creo que estás. Ocultándome los trozos más crudos de la vida, puedo seguir.
Echándote poco de menos de mentira.
Sabiendo lo mucho que nos faltas de verdad.


22 septiembre 2014

Los tíos by COS.

Lo de COS y sus modelos me tiene fascinada. Es que no me lo explico, oigan. No logro comprender qué motivo empuja a la firma a elegir siempre gente tan gris, tan sosa, tan poco lucida. Si las féminas me parecieron recién salidas del hospicio, los chicos tampoco tienen desperdicio.


La gran pregunta, que viene a mi mente cada vez que les veo, es cómo y qué han hecho estos muchachos para conseguir sus trabajos. Con esas caras, esas pintajas, esa desgana, esas pocas ganas de vivir… no entiendo cómo tuvieron el arrojo de plantarse en una agencia de modelos con su book bajo el brazo. A lo mejor no tenían una madre que los orientara más hacia los estudios, que el tema de ganarse el pan con su físico iba a estar complicado.
Me imagino la cara de la recepcionista al verlos llegar, pensando “¡Criatura! ¿Pero tú te has visto?” y dándoles la correspondiente cita –que ella es muy profesional y no cobra por descubrir talentos-.
Luego sucede algo que se escapa a mi comprensión: los tíos pasan el casting y ahora tienen un agente.
Siguen pasando cosas extrañas, misteriosas, inexplicables. Estos tipos, no sólo son modelos, sino que además protagonizan la campaña, el lookbook y el catálogo de una marca de moda internacional. ¡Eso es que te venga Dios a ver!
Y también veo a mamá, que no puede estar más contenta y orgullosa -en el fondo, ella tampoco daba un duro- sacando del bolso el librito de COS Autumn & Winter 2014 y enseñando a todas sus amigas las fotos de su hijo. Y las compañeras de café pensando, “Con lo feúco que es el muchacho, con esas orejas de soplillo que tiene, mira que dedicarse a la moda. Es que no vale nada la criatura ¡Y en una revista sale! Con lo monos que son mi Svend y mi Frida… ¡Qué injusta es la vida! ¡Y a ver quién aguanta ahora a Margaretha! Es que se está poniendo muy pesada, todo el día con las fotos para arriba y para abajo.


Otra duda existencial –soy capaz de dedicar horas muertas a cavilar sobre cualquier cuestión sin importancia- es el motivo por el que COS elige lo más feo de la temporada y/o lo que peor sienta a sus maniquís como imagen de su campaña. Porque la tienda tiene cosas súper chulas, pero en la web todos parecen los más tontos del lugar. Mi estímulo comprador recibe un jarro de agua congelada al ver mi elección en estas perchas tan deslucidas.
Es que los pobres chicos parecen todos medio tontos y disfrazados, como si el estilista estuviese experimentando con ellos para echarse unas risas; “Voy a ponerle uno guantes a ver qué pintas tiene… ¡Es que me parto!”. A lo mejor a los nórdicos les flipa el rollo retrasado-moderno pero a mí me entran ganas de enseñarles a leer, de tirarles una pelota para que me la traigan y repetir el proceso hasta que estén agotaditos los pobres, de salir huyendo antes de que me hagan algo con esa mirada de psicópata o de comprarles un helado y que se les vaya derritiendo y resbalando entre sus dedos.


Supongo que las cabezas pensantes de COS, tras haber llevado a cabo un carísimo estudio de mercado, han decidido que la cara de empanado-sociópata es la tendencia de esta temporada, como lo fue el diastema –sugiero que los amigos de David Delfín controlen su reacción ante la noticia, a ver si le va a dar por operarse también de eso-. Y nos lo venden sin hacerse demasiadas preguntas.


El caso es que yo no lo compro, estos chicos tienen de modelo lo que yo de astrofísica. Creo que en el mundo del cine podrían colar, yo sí les daría una oportunidad en un remake de Rain Man, Alguien voló sobre el nido del cuco, Despertares e incluso American Psycho. El tipo de protagonistas que requieren mucho trabajo de actor pero ellos parten con ventaja, el físico lo tienen.

18 septiembre 2014

BRCA1 mutado.

La herencia genética nos da los ojos de papá, el pelo de mamá, la sonrisa de la abuela, el tipo de una tía. Y a veces, también, la mutación de un gen que vuelve tu vida mucho más difícil. En casa, además, es tan dominante –a mí me resulta prepotente, perverso, despótico- que la madre naturaleza nos lo ha dado a todas. Las cuatro tenemos el BRCA1 mutado. ¡Las señoritas del fondo han cantado bingo!



¿Y ahora qué hacemos?

En mi caso, se descubrió el pastel demasiado tarde. Ya tenía el cáncer así que el resultado de las pruebas genéticas sólo modificó el protocolo que había de seguirse; véase mastectomía bilateral subcutánea, quimioterapia, revisiones semestrales con marcadores tumorales de mama y ovario, mamografías, ecografías, escáner, PET…
Y a los 40, me despediré de mis ovarios.


Sin embargo, para mis hermanas el diagnóstico supuso el comienzo de un largo periplo en busca de una respuesta. La correcta, a poder ser… Porque para ellas no existe ningún protocolo. Los pasos a seguir cuando se descubre la mutación del BRCA1 no están escritos. No hay manual. No puedes ponerte en manos de tus médicos y dejar que ellos tomen las decisiones adecuadas. En esta situación, se abre un abanico de opciones y es el paciente quien debe elegir.
- Dígame, señorita, ¿qué puerta quiere abrir?
- Venga, la 2.
- ¿Está usted segura…?
- No sé.
- Todavía está a tiempo de cambiar de puerta…
- Vale. Pues cambio. Quiero la puerta 3.
- ¿Descartamos la 2, entonces?
- ¡No! Me quedo con la 2. Es la primera que he elegido.
- Pues abramos la segunda puerta.
- ¡No! ¡Espere! ¿Puedo coger la 3?
Y nunca sabrás dónde estaba el apartamento en multipropiedad en Alicante.

Pues así se encontraron las dos, tomando decisiones médicas sin tener ni la información ni la formación suficientes. Si a esto añadimos que los propios médicos tienen opiniones radicalmente opuestas (eso cuando saben más que tú), el resultado es que tienes que elegir tu propio tratamiento. Y éste va desde únicamente revisiones periódicas hasta mastectomía radical y quimioterapia preventiva.
Y mientras asumes la mala noticia –que queda diluida en los ojos de muchos doctores- te encuentras buscando un rumbo que nadie te marca nunca.
Y tras mucho navegar, preguntar a diferentes especialistas, hablar con quien pudiera aportar algo, debatir en casa, entre ellas y con sus maridos, tomaron una decisión. Y ésa fue la que llevaron a cabo: mastectomía bilateral subcutánea y revisiones periódicas.


¿Es posible que un paciente tenga que escoger su tratamiento? Pues sí, queridas niñas, así es como está el patio del BRCA1 mutado sin haber desarrollado un cáncer. ¡Desolador!


Para las que, desgraciadamente, estén interesadas en la mutación del BRCA, aquí dejo algunos links recomendados por mis hermanas:

Y si tenéis cualquier duda o creéis que puedo os ayudar, no dudéis en escribirme, os responderé encantada.

15 septiembre 2014

De guapa sin querer.

Vestirse súper mona pero que parezca un accidente. Como si no nos lo hubiésemos currado nada. Como si hubiéramos pillado lo primero que había en el armario. Pero nosotras sabemos que no es fruto de la casualidad, ni una alegre coincidencia. Es un trabajo tan fino como cuando nos arreglamos y vamos de guapas queriendo, el truco es que ahora parece que somos así naturalmente.



Efectivamente, llevamos unos sencillos vaqueros. Pero no son unos sin más; son los reyes del territorio vaquero de nuestro armario. Todas tenemos esos blue jeans que nos hacen tipazo, nos aprietan y estilizan a la vez, realzando curvas y reduciendo cartucheras. Son nuestros favoritos y, precisamente por eso, los escogidos ese día que, casualmente, estamos tan favorecidas.

Elegimos también una simple camiseta para nuestra combinación ganadora sin intenciones. Pero, curiosamente, la seleccionada no está en el montón de ropa para estar en casa o en el de hacer deporte. Probablemente tampoco sea una de las que más nos ponemos y con las que nos han visto ya mil veces. Es más bien una de las que colgamos en percha -la tratamos con más mimo porque es especial- o que incluso acabemos de cortar las etiquetas y vayamos de estreno. Pero, claro, es sólo una camiseta…

El calzado es tan descuidado como el resto del conjunto; nada. Sin embargo, hay que poner especial atención y adaptarlo escrupulosamente al plan del día. Unos tacones cuando toca zapato plano nos quitarán toda la inocencia. Si realmente queremos ir guapas sin querer, tendremos que bajarnos de la plataforma cuando proceda. Si no lo hacemos, se notará todo el trabajo que hay detrás de nuestro look.

Y todavía nos queda hueco para los complementos. Creo que si hemos hecho realmente bien todo lo anterior, es imposible pifiarla en la fase final. Podemos ponernos cualquier cosa que no se descubrirá el pastel.


El resultado es que vamos ideales pero nadie podrá decirnos “¡Qué arreglada vas!”, no les quedará más remedio que admitir que lo que estamos es, sencillamente, guapas.



Nota: Post inspirado en una conversación de Whatsapp.


11 septiembre 2014

Test televisivo.

Siempre he tenido una gran memoria televisiva, recuerdo un montón de programas, series y anuncios. El problema es que no todo el mundo los comparte, así que me he quedado sola en multitud de ocasiones:
- ¿Te acuerdas cuando en la tele salía no sé quién?
- No.
Y grandes bolas de paja pasan rodando ante mis ojos.

Lo peor, no poder compartir el chiste. Es lo que más me fastidia, la verdad. Es tan difícil que vuelvan a darse las mismas circunstancias con diferente público y poder colocarlo otra vez.


Con este sencillo test, trato de averiguar si hay gente que, por el amor de Dios, sepa de lo que hablo. Y no es suficiente con compartir algunas respuestas, muchas tampoco bastan, ¿hay alguien que conozca la lista completa? Tampoco es mucho pedir, un poquito de memoria de la infancia.


El Gran Test Televisivo

Las dos primeras columnas suman 1 punto, lo importante es que caigas.

Si sabes lo que es, no hace falta que especifique si se trata de un personaje, una serie, un programa o un episodio. En mi cabeza, el concepto existe así que entiendo que deberías conocerlo tal cual.

Ahí lo dejo, espero ansiosa los resultados.




08 septiembre 2014

Canciones de juventud.

Música que activa los recuerdos. Suena de repente y me retrotraigo a distintas épocas de mi vida: la adolescencia en el internado, los años de universidad, el primer trabajo y las miles de horas metidas.


A pesar del tiempo transcurrido, me sorprendo cantando la letra completa, que andaba escondida en algún rincón de mi memoria, o anticipándome y tarareando la siguiente canción del disco antes de que empiece.
A veces, la reacción es un poco física y se me pone la carne de gallina con los primeros acordes -aunque mi cuerpo es bastante exagerado y mi vello puede erizarse con Raffaella Carrà para mi asombro y total desconcierto-.

Me gusta la experiencia, aparecen caras en las que no suelo pensar y momentos que tenía completamente olvidados. Entonces, aprovechando la conexión neuronal establecida por la música, me dejo llevar por la nostalgia y me quedo un rato buceando en tiempos pasados al son de Ducan Dhu, Christina y los Subterráneos, Los Mártires del Compás, Alanis, The Breeders, The Cranberries, 10.000 Maniacs, Dover…




Grandes clásicos que lo son también de mi vida.
¿Hay alguien que no se haya puesto a recordar?


04 septiembre 2014

Conexión septiembre.

Apagar el despertador.
Encender el ordenador.
Limpiar la bandeja de entrada del PC (eliminar, principalmente).
Echar un vistazo rápido a la cuenta corriente, a ver cómo está el asunto.
Tirar los papeles que se quedaron encima de la mesa cuando salí de la oficina como alma que lleva el diablo.
Tomar un café.
¡Y ya está! ¡Conectada!



Algo no he debido de hacer bien durante mis merecidas vacaciones –no conozco a nadie que reconozca abiertamente no merecérselas- porque he tardado dos horas, tirando por lo alto, en aterrizar. Como si nunca hubiese salido de allí. Como si agosto fuese un fin de semana de febrero. Como si necesitase desesperadamente unos días de asueto…
Todo el año pensando en las ganas que tengo de desconectar de todo –no sabría concretar qué significa todo ni por qué resulta ser un requisito vacacional tan indispensable como el sol- y me encuentro metida de lleno en la rutina con tan sólo poner el pie en la oficina. Es imposible haber hecho una desconexión en condiciones tardando tan poco en volver a lo mismo de siempre.
Es que no voy ni a poder tener la típica depresión de comienzo de curso. Las vacaciones quedan tan lejos que mi memoria no me recuerda tostándome al sol y no alcanza a abatirse. Esos días son ya una nebulosa, una ensoñación, un agujero en el espacio-tiempo de mi vida.


Creo que debería empezar a replantearme el concepto mismo de las vacaciones. Dejarme de cosas etéreas en plan relax, descanso, no pensar en nada, disfrutar… porque, francamente, no sé cómo valorar los resultados. ¿Sería algo tipo he conseguido mantener la mente en blanco y la mirada perdida tres veces al día durante diez minutos? Y lo que me inquieta más todavía, ¿es eso bueno?
El año que viene, me dejaré de tonterías chill-out y me pondré metas concretas, alcanzables y cuantificables: despertarme todos los días pasadas las 9:00, ir a la playa, leer horas seguidas, no usar el paraguas, comer sin tener que haberlo comprado y/o cocinado previamente, beber cerveza fresquita, no quemarme. Tal vez así consiga un ligero decaimiento postvacacional.


Resulta que en verano no desconectamos, sólo bloqueamos el equipo.
Ctrl+Alt+Supr y estamos de vuelta.
¡Bienvenidos a septiembre!