12 mayo 2014

El Síndrome Pimpinela.

Hay algunas relaciones que son así, como el dueto argentino, una pura discusión de pareja prolongada en el tiempo hasta la n (y en este caso, n también tiende a infinito). Estos noviazgos sólo funcionan en el espacio entre la ruptura y reconciliación; véase también a punto de romper o arreglando las discrepancias. Existen únicamente en el limbo emocional del ni contigo ni sin ti.

http://www.pimpinela.net/discografia.php

A nivel personal, me parecen tremendamente destructivas.
Como confidente son agotadoras.
Como mera observadora, sólo puedo tararear la dichosa cancioncilla.
Hace dos años y un día que vivo sin él,
Hace dos años y un día que no lo he vuelto a ver,
Y aunque no he sido feliz aprendí a vivir sin su amor,
Pero al ir olvidando de pronto una noche volvió...

Un par de rupturas, los consiguientes reencuentros y ya eres una víctima más del Síndrome Pimpinela. Corolario, estás atrapado; nunca terminas de acabar ni vuelves definitivamente.
- ¿Quién es?
- Soy yo...
- ¿Qué vienes a buscar?
- A ti...
- Y es tarde...
- ¿Por qué?
- Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti...

Este asunto suele ser largo, muchos meses que se convertirán en años en un pestañeo. Sin saber cómo, te acostumbras a demoler y a que te destruyan, a construir sobre las ruinas y reparar las grietas. Y lo peor es que piensas que la felicidad en pareja consiste en esos momentos en los que no sufres y te dedicas a poner masilla en las juntas y repintar los desconchones.
- Adiós...
- Ayúdame...
- No hay nada más que hablar...
- Piensa en mí...
- Adiós...
- ¿Por qué?
- Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti...

Cuando te ves envuelto en esta vorágine sentimental, te va a costar mucho salir. Te vuelves un yonqui del ciclo sufrimiento-redención. Pierdes la perspectiva. Olvidas lo bien que te hace sentir la solidez, la confianza y la consistencia de una relación.
- Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa,
Y pega la vuelta
- Jamás te pude comprender...
- Vete, olvida mis ojos, mis manos, mis labios,
Que no te desean
- Estás mintiendo ya lo sé...
- Vete, olvida que existo, que me conociste,
Y no te sorprendas, olvida de todo que tú para eso
Tienes experiencia...

Como toda adicción, cuesta ponerle fin. A pesar del tiempo y el espacio, siempre podemos recaer -como tienen a bien cantarnos los agoreros de Pimpinela-.
En busca de emociones un día marché
De un mundo de sensaciones que no encontré,
Y al descubrir que era todo una gran fantasía volví,
Porque entendí que quería las cosas que viven en ti...


Di NO a estas relaciones. Mantente limpio. Sé feliz.


2 comentarios:

  1. Parece mentira que estos dos cursis tengan tantísima razón , No a las relaciones y amores tóxicos

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  2. La verdad es que creo que mucha gente se aburre y necesita estar haciendo el gilipollas continuamente para sentirse bien y no caer en la aburrida estabilidad emocional.
    Creo que estan destinadas al fracaso y al sufrimiento gratuito.
    Pero oye, para gustos los colores.

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