30 septiembre 2013

La mentira de la preñez o 9 meses de angustia máxima.

Muchas hemos sido madres, otras sabemos lo que cuesta conseguirlo, algunas no lo logran o tardan hasta una grado de agotamiento físico, económico y emocional que no soy capaz de imaginar. Unas tienen 9 meses decentes, varias regular, algunas padecen un infierno de náuseas y potas.

A medida que crecemos, vamos deshojando el embarazo y sus misterios. Lo conocemos de primera mano, o de segunda, y aprendemos que no es oro todo lo que reluce...
Sin embrago, nos siguen vendiendo –y nosotras comprando- esos meses como un momento mágico, de felicidad suprema. Se supone que te dedicarás a acariciar tu tripa constantemente y pensar si tu antojo del día es helado de fresa o pepinillos en vinagre. Está en todas partes: anuncios, revistas, televisión, famosas.



Entonces llega tu turno y te das cuenta de que las cosas no son, ni de lejos, como parecían ser. Yo lo viví –y lo sigo sintiendo así- como un periodo en el que un miedo deja paso a otro, así durante 40 semanazas. Tanta prueba, eco, analítica, contar órganos, miembros, dedos... Es una puta angustia.

Primero que si tiene latido. Como no sientes nada (referente a la criatura, tú puedes estar hecha unos zorros) tienes que esperar el OK en cada revisión y 4 semanas pasan lentísimo.

Luego el triple screening y la espera de los resultados.
Si pencas, tiene que transcurrir un apacible mes para poder hacerte la amniocentesis. Una época maravillosa ésta, la recuerdo rebosante de tranquilidad. Te pinchan, 2 días sin moverte y, de nuevo, a esperar resultados. “Tengo antojo de ansiolíticos, oiga.”

Pasamos a la ecografía morfológica y llega la cuenta de la vieja: 2 brazos, 2 piernas, 2 manos, 20 dedos, órganos vitales en su sitio... En este momento, el encantador encargado del ecógrafo se mantendrá con rostro impenetrable, inescrutable, y silencio sepulcral. Sólo modificará su rictus, frunciendo el ceño, para hacer un zoom en alguna zona que no reconoces pero que, te parece, le falta o sobra algún trozo. Momento divino, puro bienestar.

Bueno, ahora que ya lo sientes, tenemos un nuevo motivo de preocupación y temor. “No sé si hoy lo he sentido o no, espera que me tumbo, me levanto, bebo agua, como chocolate, doy un paseo. ¡Ay! Creo que sí.” Y así todos los putos días, varias veces.

Seguimos con las revisiones, que si glucosa, estreptococo, viene de nalgas, es enorme, es un poco pequeño, está de pie, estás bastante verde todavía, no tienes contracciones, como sigas así te lo provocamos...

Durante mi embarazo, me vino a la mente en más de una ocasión la mítica campaña de Sanex, una tía enjabonándose su perfecta tripa redonda y diciendo "¿Tendrá los ojos azules?”. Joder, si yo lo que me pregunto es "¿Tendrá ojos?".


No comprendo la necesidad pública de idealizar este momento. A la gente le cuesta quedarse embarazada, tiene abortos, acude a centros de reproducción asistida, vive meses duros de vomitar sin parar, de mil pruebas, de reposo, de pérdidas. Ésa es la parte de la realidad que resultaría de utilidad que alguien mencionara alguna vez.

Y querida famosa, si llevas años intentando reproducirte y pares gemelos, no nos digas en la portada del HOLA que en tu familia es habitual, no cuela. Es mejor el silencio. Aunque siempre nos puedes contar que te ha costado mucho, que lo has conseguido y cómo ha sido el proceso. Así, nos darás esperanza, nos alegraremos por ti y nos sentiremos menos solas cuando nos pase. Pero bueno, parece que no favorece demasiado no ser fértil en las revistas, ni las patas de gallo, ni la papada.


Enhorabuena a Z. y C., me encanta que os reproduzcáis. Esto es un no parar. ¿Quién será la próxima? Hagan sus apuestas señores...

10 comentarios:

  1. Lola, amén. Es como si cada tres semanas tuvieras que aprobar ginecólogo. Y encima yo soy de las que no ve una mierda en la eco. Puritita angustia mezclada con nauseas y cansancio extremo. Menudas lloreras me pillé yo en el embarazo de Jr pensando que se movia poco...Eso sí; ahora no para y hasta tiene ojos azules!!!Moraleja; es duro de pelotaris pero compensa infinito. Aunque luego se pase el día diciendo "Papaaaaaaaaaa"...Es lo que hay pero aún así, repetimos. Beso guapa!Carlo

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    1. ¡Jr. es lo más! Fan número uno de tu hija aunque la muy cabrona tenga papitis aguda.
      Y como el próximo vástago no sea de mamá, lo devolvemos.
      Beso y a potar poco.

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  2. Y tanto que AMÉN .... lo has descrito a la perfección, a todo yo le tuve que añadir una constante jaqueca insoportable, y que el padre de la criatura se pasara los días diciéndome: " no es para tanto mujer" ... JODER con el tío!!!!!!!!!!
    Pero como dice Carlota, compensa mil ....
    Miles de besos a todas mis chicas que están en su "dulce" espera ... yo por ahora no repito :-)
    Thais

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    1. Thaichi, un futuro papá tocando los cojones, mal. Tampoco hay que normalizar tanto que una pote cada mañana...
      ¿Y ese formato de pareja en el que ella se vuelve subnormal? Ése es la caña. "¿Cari, estás bien o te traigo oxígeno por si no puedes respirar? ¿Mastico la comida por ti? Es que está embarazada..."
      En cualquier caso, merece la pena, la estría, la pota, la náusea, el insomnio, el sueño que te caes por las esquinas, los kilos.

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  3. Yo no soy madre pero ....opino por los multiples embarazos de mi alrededor....y me quedo con los que cuentas y con lo que veo....por mucho que tus amigas te digan ES MARAVILLOSO SENTIR COMO SE MUEVE, yo me quedo con esos morros deformados, esas piernas bien abiertas porque no les da la tripa, las nauseas asquerosas de las que hablan cariban o como se llame incluido, esas tetas QUE DIOS DE MI ALMA QUE TAMAÑO, por no hablar del pezón oscuro y que te digan tan normal "Es para que el bebe lo vea bien" Tia es asqueroso....y añadir una madre que dice "Estar embarazada es horrible algo que borraria de mi vida, de no ser por ti y tu hermana"....Todo esto lo dicho por una treintañera deseosa de ser madre(carne de cañon del IVI, QUIRON REPRODUCCION o la peluqueria del barrio que ha traido una santera.... al paso que voy ), deseosa de tener los pezones como galletas maria, engordar 20 kilos, y no dormir durante un año y oler a pota durante otro... (Igual lo que tengo es envidia y por eso lo critico?)LAM

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    1. Querida LAM, no es envidia, es una verdad como un templo.
      Y voy a añadir que como te descuides y te creas lo de los antojos, te vas a cebar pensando que se puede, que forma parte de la preñez. Y resulta que no, que también es cuento y te vas a poner como un tocino. Y cuando nazca la criatura, sólo perderás 5 de los 25 kilos que te has puesto encima. A la depresión posparto, súmale la depresión estoy gorda como una vaca.

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  4. No soy madre aun, aunque espero no tardar mucho en quedarme embarazada, a pesar de haber vivido día a día, las penas y alegrías de los embarazos de dos hermanas, una cuñada y bastantes amigas! Está claro que el embarazo y no nos olvidemos, el parto, hay que sufrirlos.
    Lola no te conozco pero he leido varios post de tu blog a través de Carlo, que los comparte en facebook y he de decirte que me gusta mucho como escribes porque llamas a las cosas por su nombre. Está claro que ser madre es un milagro y una de las mejores cosas que le pueden pasar a una mujer, pero embarazo y parto no son un camino de rosas. Por algo dicen que "Lo bueno, cuesta"...
    Y enhorabuena Carlo! Como te salga tan guapo/a como Jr, vas a ser la envidia de Bilbao!
    María Ch.

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    1. Lo que yo no creo es que el embarazo sea un festival de dicha y paz interior. Sí es una experiencia y el fin es increíble pero a mí me pareció una tensión.
      Ojalá hubiese estado pensando en chorradas guays en vez de en chorradas petición-angustia-aclaración de petición “Yo sólo quiero que mi hijo tenga 20 dedos. 10 en las manos y 10 en los pies. 5 en cada. Que estén todos. Que no se repita ninguno. En el orden correcto (pulgar, índice, corazón anular y meñique). No sé no si los de los pies se llaman igual, pero quiero el orden bueno también...”

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  5. yo soy padre, y aunque no sufrimos los efectos directos... los colaterales se las traen!

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    1. Claro, los papás también viven la angustia de la normalidad, las pruebas, las ecografías. Los nueve meses de angustia son extensibles a los progenitores.
      La diferencia es que las mujeres no podemos parar de pensar en ello ni un segundo.

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